Prebenjas: frío y preguntas para una jornada de rugby

Amaneció una mañana de febrero de los de antes. Con temperaturas bajas, humedad y cielos plomizos. La típica mañana de sábado en la que te preguntas, “quien nos mandó apuntar al niño a un deporte que se juega al aire libre”.


Había que estar en Vallecas a las 09.30 de la mañana para estrenar el coqueto campo de Los Arbolitos. Nuestros Crusansers jugaban a las 10.00 el primer partido contra los osos del Pardo.

Es habitual que cuando juegan tan pronto nuestros pequeños comiencen con una caraja importante, pero esta vez fue diferente. Comenzaron intensos y muy metidos en el partido. Las delanteras dominaban el encuentro y no se veían muchas galopadas de los tres cuartos. La primera parte fue para los Osos. En la segunda parte los nuestros salieron aún más entonados y remontamos el marcador. El final del partido reflejaba un empate. Merecido resultado para el esfuerzo de ambos equipos.

 

Nuestros Crusansers se fueron a descansar y calentar con la labor cumplida. Los padres seguimos dando saltos para entrar en calor.

 

El segundo encuentro era contra Hortaleza. Hueso duro de roer. Tenían en sus filas a un par de niños a los que ya no piden el carnet en las discotecas. El partido se presentaba complicado.

 

Fue de nuevo una dura lucha de delanteras. Nuestros “gordos” peleaban cada balón. Los ruck y contra ruck eran disputados y nuestros chicos no perdieron ninguna mini mele. De nuevo los “dragones” eran placados una y otra vez y el empuje de las delanteras era el que marcaba el dominio del partido. No sería un partido con muchos ensayos. Cada anotación costaba una buena dosis de esfuerzo y empuje.

 

Finalmente, el resultado se decantó para Hortaleza, pero los nuestros se habían dejado todo en el campo. Esfuerzo que hizo reconocer a nuestros entrenadores que había sido uno de los mejores partidos de la temporada de nuestro equipo. Un partido para enmarcar y recordar gracias a las cerca de cuatro mil preciosas fotos que tuvo a bien compartir nuestro fotógrafo Javier.

 

El sol se dejó ver y los jugadores acababan la jornada con el deber cumplido. Ahora llegaba la hora de nuestros Scrumbiers…

 

Unos Scrumbiers, que no volvieron a querer ser menos y salieron muy dormidos a jugar el primer partido contra el Canoe. Un Canoe que hizo un grandísimo partido y se llevó una abultada victoria. Era el turno para la reflexión, hablar con los chicos y las chicas y decirles qué pasa gente. Y mira tu por donde, preguntar qué pasa a veces funciona. 

 

En el segundo partido salieron super enchufados, un partido de tú a tú contra un equipo de grandes dimensiones era un equipo muy grande, y, sin embargo, los nuestros placaron más y lucharon más, lo que hace una pizca de motivación. Los placajes fueron espectaculares, las carreras fueron impresionantes, todavía recuerdo una de Guille que hizo saltar a todas las familias de la banda, y Paula marcó su primer ensayo. Son de esos partidos, donde notas el esfuerzo, el sacrificio y sin saber cómo, los niños han alegrado el día a padres, madres, entrenadoras y todo su alrededor. 

 

Cada día que juegan Crusansers y Scrumbiers nos demuestran que son un gran y único equipo, pues sin el trabajo de cada uno de los jugadores, no entenderíamos como mejoran a nivel grupal. Muchas gracias jóvenes por el gran esfuerzo que demostráis en el campo y por hacer que madrugar merezca la pena.  

 

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